Pero el amor, esa palabra...
veneno y miel

Y tal parece que soy una de las pocas personas que les gusta más escuchar que hablar, pero no lo puedo callar todo, por eso me creé un blog.

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Y tú y yo nos queremos tanto
25 de enero de 2014 (4:36 p. m.) | 0 flores


A veces te quiero tanto
que te llamo sin hablarte
con ese silencio impenetrable,
el más ignominioso
de los silencios.

A veces tú no me quieres tanto
que me llamas impaciente
con aquel grito terrible,
el más fuerte de los silencios.

Y todas las paradojas
del mundo respetan la nuestra.
Y los dos seguimos
guardando silencio.
Y tú y yo nos queremos tanto.

Los dos
Antonio Álvarez Bürger

Don’t fall in love with the curious one
21 de enero de 2014 (4:30 p. m.) | 0 flores




Don’t fall in love with the curious one.
They will want to know who you are, where you come from, what your family was like.
They will look through your photographs and read all of your poems. They will come over for dinner and speak to your mother about how their curiosity has taught them things of use to her. They will ask you to rant when you’re angry and cry when you’re hurt.
They will ask what that raised eyebrow meant. They will want to know your favorite food, your favorite color, you favorite person. They will ask why.
They will buy that camera you liked, pay attention to that band you love in case there’s a show near by, they will get you the sweater you smiled at once. They’ll learn to cook your favorite meals.
The curious people don’t settle for your shell, they want the insides.
They want what makes you heavy, what makes you uneasy, what makes you scream
for joy, and anger, and heartbreak.
Their skin will turn into pages
that you learn to pour out your entire being in.
Don’t fall in love with the curious one.
They won’t let a sigh go unexplained.
They will want to know what they did
Exactly what they did to make you love them.
Year, month, week, day.
“What time was it? What did I say? What did I do?
How did you feel?”
Don’t fall in love with a curious one because I’ve been there.
They will unbutton your shirt
and read every scar
every mark
every curve.
They will dissect your every limb, every organ, every thought, every being
then walk back home and eat their dinner and never return your calls.
You will never be their lifelong expedition. The heart is a mystery only for so long.
There is no ache like loving a curious one
who chases every falling star and never catching one.
Who comes and sees and conquers
and leaves.
I’ve fallen in love with a curious one.
Maybe one day he will take the train back home
and be curious enough to read one last message from me
carved on a seat.
"There’s a curiosity in you that will move mountains some day
as effortlessly as you’ve moved me for years.”

Don’t Fall In Love With The Curious One
Autor desconocido

Un poema que eluda el mar y que no mire a las estrellas
20 de enero de 2014 (7:30 a. m.) | 0 flores


Algún día te escribiré un poema
que no mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores,
que no tenga jazmines o magnolias.
Algún día te escribiré un poema sin pájaros
ni fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.
Algún día te escribiré un poema
que se limite a pasar los dedos
por tu piel y que convierta en
palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas,
algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones,
con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema,
el canto de mi dicha.

Darío Jaramillo Agudelo

No es nada de tu cuerpo, ni una brizna, ni un pétalo, ni una gota, ni un gramo, ni un momento
19 de enero de 2014 (10:30 a. m.) | 0 flores


No es nada de tu cuerpo,
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca —tu boca
que es igual que tu sexo—,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada —¿qué es una mirada?—
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un gramo, ni un momento:

Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.


Jaime Sabines

Eso es lo que duele
18 de enero de 2014 (12:30 p. m.) | 0 flores


- Lamento hacerte tan desdichado.
- No lo lamentes. Lamenta más bien haberme hecho feliz. Eso es lo que duele, que me hicieras tan feliz.

Los pilares de la tierra.
Ken Follett

Y la amé con tanta fuerza que me costó despegarla de mi piel sedienta
14 de enero de 2014 (5:53 p. m.) | 0 flores


Al besarla dijo ella; lamento
que no seas tú el primero
en dormir en mis ilusiones de mujer.

A lo que yo respondí; no te
preocupes vida mía, que yo
celebro ser el último hombre
en despertar en tus sueños.

Y la amé
con tanta fuerza
que me costó despegarla
de mi piel sedienta y necesitada
de sus abrazos.

 Eleazar Perez Caceres

Busca otra luna, tal vez mañana sonría la fortuna
7 de enero de 2014 (9:17 p. m.) | 0 flores


Escapad gente tierna,
que esta tierra está enferma,
y no esperes mañana
lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer.

Toma tu mula, tu hembra y tu arreo.
Sigue el camino del pueblo hebreo
y busca otra luna.
Tal vez mañana sonría la fortuna.
Y si te toca llorar
es mejor frente al mar.

Si yo pudiera unirme
a un vuelo de palomas,
y atravesando lomas
dejar mi pueblo atrás,
juro por lo que fui
que me iría de aquí

Pero los muertos están en cautiverio
y no nos dejan salir del cementerio.

Pueblo blanco 
Joan Manuel Serrat

Quizá pueda compararse al aroma de un perfume
2 de enero de 2014 (8:41 p. m.) | 0 flores

Lo que me atraía no era la belleza externa cuantificable e impersonal, sino algo más absoluto que se hallaba en el interior. De la misma manera que hay quien ama secretamente los diluvios, los terremotos y los apagones, yo prefería ese algo recóndito que alguien del sexo opuesto emitía hacia mí. A ese algo voy a llamarlo aquí "magnetismo". Una fuerza que te atrae y te absorbe, te guste o no te guste, quieras o no. Quizá pueda compararse al aroma de un perfume. Tal vez ni el mismo maestro perfumista que lo ha creado pueda explicar por qué un aroma en concreto posee una determinada fuerza y produce un efecto. Es difícil de analizar científicamente [...] Tal vez haya un aroma que atraiga a cincuenta personas de entre cien. Y quizás exista otro distinto que atraiga a las otras cincuenta. Sin embargo, también hay uno que hechiza sólo a una o dos personas en este mundo. Es un aroma especial. Y yo era capaz de percibirlo claramente. Sabía que era letal. Podía distinguirlo a la perfección desde muy lejos. En esas ocasiones, yo quería acercarme a las mujeres que lo exhalaban y decirles: "Lo he notado, ¿sabes? Quizá los demás no, pero yo sí".

Fragmento de Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol
Haruki Murakami