Existes: nos hemos de encontrar y no nos conoceremos
27 de noviembre de 2013 (9:46 p. m.) | 0 flores
Andas por esos mundos como yo… no me digas que no existes.
Existes: nos hemos de encontrar
no nos conoceremos. Disfrazados y torpes
por los mismos caminos echaremos a andar.
No nos conoceremos… distantes uno del otro
sentirás mis suspiros y te oiré suspirar…
¿dónde está la boca, la boca que suspira?
diremos el camino volviendo a desandar.
sentirás mis suspiros y te oiré suspirar…
¿dónde está la boca, la boca que suspira?
diremos el camino volviendo a desandar.
Quizá nos encontremos frente a frente algún día
quizá nuestros disfraces no logremos quitar…
y ahora me pregunto… cuando ocurre, si ocurre,
sabrás tú de suspiros? Sabré yo suspirar?
quizá nuestros disfraces no logremos quitar…
y ahora me pregunto… cuando ocurre, si ocurre,
sabrás tú de suspiros? Sabré yo suspirar?
Alfonsina Storni
Buen viaje
24 de noviembre de 2013 (3:42 p. m.) | 0 flores
Buen viaje
Que te vaya bien
en este viaje
vuelve con la esperanza
–que te dejo
y con la flor
–que te regalo
para el recuerdo
tendré siempre tu sonrisa
grabada en mí
Durante el viaje
recoge sabores
nunca amores
que yo estaré aquí
aguardándote en la sombra
Recorre las calles
búscame en las esquinas
y en tu cama por las noches
que yo tengo la habilidad
de estar aquí y allá
al mismo tiempo
Nunca dudes
y recuerda siempre
que ya no hay
distancia ni tiempo
que nos separe
Buen viaje
nos vemos aquí
allá y siempre.
Ricardo Alfaro
Ahora que estás a tiempo de olvidarme, ahora que no te quiero todavía.
23 de noviembre de 2013 (9:07 a. m.) | 0 flores
Ahora que no te debo ni me debes
Ahora que me perfumo cada día
Ahora que nos mojamos cuando llueve
Ahora que no te engaño todavía
Ahora que parecemos colegiales
Ahora que sale gratis ser feliz
Ahora que no me culpas de tus males
Ahora que me han devuelto el mes de Abril
Ahora que nos besamos en los parques
Ahora que hacemos tantas tonterías
Ahora que estás a tiempo de olvidarme
Ahora que no te quiero todavía.
Ahora que
Joaquín Sabina
Y me alegra escuchar noticias de la noche, cotilleos del mundo literario, que se te nota lo feliz que eres, que no haces otra cosa que hablar mucho de mí
19 de noviembre de 2013 (5:31 p. m.) | 0 flores
Sobre las diez te llamo
para decir que tengo diez llamadas,
otra reunión, seis cartas,
una mañana espesa, varias citas
y nostalgia de ti.
Sobre las doce y media
llamas para contarme tus llamadas,
cómo va tu trabajo,
me explicas por encima los negocios
que llevas en común con tu ex-marido,
debes sin más remedio hacer la compra
y me echas de menos.
El teléfono quiere espuma de cerveza,
aunque no, la mañana no es hermosa ni rubia.
llamas para contarme tus llamadas,
cómo va tu trabajo,
me explicas por encima los negocios
que llevas en común con tu ex-marido,
debes sin más remedio hacer la compra
y me echas de menos.
El teléfono quiere espuma de cerveza,
aunque no, la mañana no es hermosa ni rubia.
Sobre las cuatro y media
comunica tu siesta. Me llamas a las seis para decirme
que sales disparada,
que se queda tu hijo en casa de un amigo,
que te aburre esta vida, pero a las siete debes
estar en no sé dónde,
y a las ocho te esperan
en la presentación de no sé quién
y luego sufres restaurante y copas
con algunos amigos.
Si no se te hace tarde
me llamarás a casa cuando llegues.
comunica tu siesta. Me llamas a las seis para decirme
que sales disparada,
que se queda tu hijo en casa de un amigo,
que te aburre esta vida, pero a las siete debes
estar en no sé dónde,
y a las ocho te esperan
en la presentación de no sé quién
y luego sufres restaurante y copas
con algunos amigos.
Si no se te hace tarde
me llamarás a casa cuando llegues.
Y no se te hace tarde.
Sobre las dos y media te aseguro
que no me has despertado.
El teléfono busca ventanas encendidas
en las calles desiertas
y me alegra escuchar noticias de la noche,
cotilleos del mundo literario,
que se te nota lo feliz que eres,
que no haces otra cosa que hablar mucho de mí
con todos los que hablas.
Sobre las dos y media te aseguro
que no me has despertado.
El teléfono busca ventanas encendidas
en las calles desiertas
y me alegra escuchar noticias de la noche,
cotilleos del mundo literario,
que se te nota lo feliz que eres,
que no haces otra cosa que hablar mucho de mí
con todos los que hablas.
Nada sabe de amor quien no ha perdido
por amor una casa, una hija tal vez
y más de medio sueldo,
empeñado en el arte de ser feliz y justo,
al otro lado de tu voz,
al sur de las fronteras telefónicas.
por amor una casa, una hija tal vez
y más de medio sueldo,
empeñado en el arte de ser feliz y justo,
al otro lado de tu voz,
al sur de las fronteras telefónicas.
A media hora
Luis García Montero
Tengo nostalgia de un país que no existe todavía en el mapa
10 de noviembre de 2013 (3:50 p. m.) | 0 flores
Estoy solo y me pregunto: ¿Existe una mitad de mí que me espera todavía? ¿Dónde está? ¿Qué hace mientras tanto? ¿Vendrá lastimada, la alegría? ¿Tendrá los ojos húmedos? Respuesta y misterio de todas las cosas ¿y si nos hemos cruzado y ya nos hemos perdido sin enterarnos siquiera? Cosa curiosa: no la conozco y sin embargo la extraño. Tengo nostalgia de un país que no existe todavía en el mapa.
Eduardo Galeano
Problemas de geografía personal
6 de noviembre de 2013 (7:08 p. m.) | 0 flores
Nunca sé despedirme de ti, siempre me quedo
con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se convierte
en desesperación.
Nunca se despedirme de ti, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad
en la que acabas de quedarte.
Nunca sé despedirme, porque soy
un ciego que tantea por el túnel
de tu mano y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras
que no saben pronunciar.
Extrañado de amor,
nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí
camino a la nada.
con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se convierte
en desesperación.
Nunca se despedirme de ti, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad
en la que acabas de quedarte.
Nunca sé despedirme, porque soy
un ciego que tantea por el túnel
de tu mano y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras
que no saben pronunciar.
Extrañado de amor,
nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí
camino a la nada.
Problemas de geografía personal
Luis G. Montero
Hace demasiado tiempo que estamos lejos
3 de noviembre de 2013 (1:16 p. m.) | 0 flores
Tiemblo, amigo mío, por ese amor
que hierve en mí y con el que no sé qué hacer.
Tiemblo con las miles de caricias
hechas con la imaginación
y nunca consumadas.
Tiemblo por si olvido algún día su voz,
sus labios, el almizcle de su piel.
Tiemblo, y luego me digo que
todo ha terminado.
Hace demasiado tiempo que estamos lejos...
que hierve en mí y con el que no sé qué hacer.
Tiemblo con las miles de caricias
hechas con la imaginación
y nunca consumadas.
Tiemblo por si olvido algún día su voz,
sus labios, el almizcle de su piel.
Tiemblo, y luego me digo que
todo ha terminado.
Hace demasiado tiempo que estamos lejos...
El oro de Cuzco
Antoine B Daniel
Antoine B Daniel