No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla de ese modo
31 de octubre de 2013 (8:30 p. m.) | 0 flores
De algo estoy seguro.
No podrá quererla como la quería yo,
no podrá adorarla de ese modo,
no sabrá advertir hasta el menor
de sus dulces movimientos,
de aquellos gestos imperceptibles de su cara.
Es como si sólo a mí se me hubiera
sido concedida la facultad de ver, de conocer
el verdadero sabor de sus besos,
el color real de sus ojos.
Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto.
Y él menos que ninguno.
Él, incapaz de amarle, incapaz de
verle verdaderamente, de entenderla, de respetarla.
Él no se divertirá con esos tiernos caprichos.
Tres metros sobre el cielo
Federico Mocca