Pero el amor, esa palabra...
veneno y miel

Y tal parece que soy una de las pocas personas que les gusta más escuchar que hablar, pero no lo puedo callar todo, por eso me creé un blog.

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Carta a propósito de mis 18 años
29 de septiembre de 2013 (10:13 p. m.) | 0 flores

Hace tiempo que no escribo. Te lo digo para que seas un poco más benevolente a la hora de criticar lo que sea que termine escribiéndote. Tampoco tengo mucho tiempo, así que espero que me sepas perdonar si la extensión de estas palabras no alcanza a ser sustituto suficiente de un regalo que, por razones ajenas a mí, no puedo darte en persona. Regalo que, por otro lado, tampoco sería nada material. Influye en eso el hecho de que nunca tengo dinero, más por falta de ingresos que por gastos míos (cofcofpadrestacañoscofcof), pero principalmente el regalo no sería material porque creo que las cosas son simplemente eso: cosas. Y pasados los años, cuando las veas (si es que aún las mantienes), el valor que tendrán esas cosas estará medido en la cantidad de recuerdos (y los sentimientos atados a ellos) que logren despertar en ti.

Así que, mejor regalarte recuerdos directamente, que seas incapaz de perder, que no se puedan dañar, y que (y esto es muy importante en Venezuela), no te puedan robar. Recuerdos que, según pase el tiempo, no se vuelvan piedras que hagan tu camino más difícil, mas por el contrario se conviertan en la parte de tu pasado que te empuja a seguir mirando hacia el futuro.

Y con este ya cumples 18 años de recuerdos tras de ti, y espero y deseo de todo corazón que te queden muchísimas décadas más de experiencias que dejen huella en tu memoria para que, de ser cierto eso de que antes de morir pasan frente a nuestra vida todos nuestros recuerdos importantes, tú tengas tantos y tantos que la misma Muerte se aburra de esperar, y decida no llevarte ese día. Tal vez estas palabras formen parte de esos recuerdos.

Este último año, a pesar de haber tenido mucho menos contacto que en años anteriores, por lo menos hemos logrado mantener una amistad que prácticamente cumple años contigo. Una amistad que me alegro de mantener y que me arrepiento a veces de no saber cuidar mejor. Una amistad que trataré de que dure lo que me dure la vida, para así poder contarte entre los dedos de mi mano cuando sea viejo.

Pero de viejos nada, que apenas comienza tu vida. Piensa en todo lo que has hecho hasta ahora como la preparación para comenzar un viaje que te llevará allá hacia donde dirijas tus pasos, y que te hará cruzarte con cientos de personas distintas, en montones de situaciones diferentes. Algunos se quedarán unos días, otros más tiempo. Otros te invitarán a un café y se irán antes de pagar la cuenta. Has de aprender a dejar partir a las personas, y conformarte con los recuerdos que te dejan, pero también has de aferrarte a aquellos que creas firmemente que merecen tener un lugar en tu vida, porque la harán más viva de lo que pueda ser en ese momento. El truco está en saber escoger, y saber entender las propias pistas que va dando la vida. Escucha atentamente a lo que tenga que decirte la vida, es mucho más sabia que cualquiera de nosotros. Sigue siendo tú misma, trata de encajar si crees que será conveniente, pero nunca te conviertas en algo que no eres, o no quieres ser, por otra persona. Y si lo haces, recuerda que mientras sigas viva, puedes hacer con tu vida lo que quieras, simplemente es cuestión de seguir andando. Y si el camino te duele, cambia la dirección, cambiando tus pasos. Tu vida es tuya. Así que vívela como quieras, siempre fiel a lo que creas correcto, y no tengas miedo de probar cosas nuevas. Eso sí, ya eres mayor de edad, así que no te pases que ya puedes ir presa.

Pero en general es eso, sigue sacándole partido a los años, y mide el valor de los años que pasan por la cantidad de sonrisas que se van pintando tu rostro, las risas que estallan en tu boca, el número de abrazos que llegan a asfixiarte, la distancia que has recorrido y los lugares que te han marcado, los silencios compartidos, las miradas confidentes, las lágrimas que se ahogan y las lágrimas que te ahogan, los nudos en tu garganta, las mariposas que nacen en tu estómago, las veces que caes y te levantas, y las veces que ayudas a otros a levantarse, las personas que te quitan el aliento, y los besos que te lo devuelven, el amor que te calienta el alma, y la sonrisa que otros te regalan cuando tu amor los toca.

Pero sobre todo, mide los años que pasan... con las cartas que te voy mandando, porque es una al año, o sea que si recibes una, ya sabes por seguro que ha pasado otro año.

Feliz cumple Ann, un abrazo

Mick Gonçalves

(Que al final fue el mejor regalo de cumpleaños que me han podido dar. Adoro a este tipo).