Y la amé con tanta fuerza que me costó despegarla de mi piel sedienta
14 de enero de 2014 (5:53 p. m.) | 0 flores
Al besarla dijo ella; lamento
que no seas tú el primero
en dormir en mis ilusiones de mujer.
A lo que yo respondí; no te
preocupes vida mía, que yo
celebro ser el último hombre
en despertar en tus sueños.
Y la amé
con tanta fuerza
que me costó despegarla
de mi piel sedienta y necesitada
de sus abrazos.
celebro ser el último hombre
en despertar en tus sueños.
Y la amé
con tanta fuerza
que me costó despegarla
de mi piel sedienta y necesitada
de sus abrazos.
Eleazar Perez Caceres